El edificio relaciona, ordena, articula y da significado al volumen próximo de Son Lledò, así como también al parque y al territorio que lo envuelve.
Los patios -espacios liberados-, así como la duplicidad del camino de llegada, permiten que se establezca una relación con el Campus más allá de su propia presencia.
El acceso evita la monumentalidad, introduce el paisaje y el espacio de encuentro conformando una planta libre para el reposo, la reflexión, el diálogo y la lectura al aire libre, constituyéndose como el verdadero vestíbulo del conjunto.
Desde la entrada se accede al hall, en un nivel mas bajo, desde donde se distribuyen las áreas de trabajo interno y en general las zonas bajo control.
Los almacenes y archivos valiosos se protegen en el subsuelo -a la misma cota que las salas de lectura-, aprovechando un ligero desnivel en la superficie del solar.
En planta baja, unos grandes pozos de luz organizan y cualifican el espacio de lectura insinuando cierta sectorización y enriqueciendo la gran superficie de las salas de obras básicas y de monografías. Son la pauta espacial organizativa del edificio.
Las salas de lectura aislada se elevan en una planta superior, segmentadas por los muros de aire, luz y cielo que conforman los lucernarios.
Mas arriba se sitúan las áreas mas especializadas -hemeroteca, cartoteca y mediateca-. Las áreas de dirección y administración, orientadas a Norte, gozaran de las vistas a la sierra de Tramontana.
La relación visual con el exterior a través de los patios y de la celosía de fachada enriquece las circulaciones y establece un punto de encuentro entro el lejano exterior y el silencioso ambiente interior.
Los patios, deambulatorios paisajísticos en el interior del edificio se cruzan con los lucernarios y con la vegetación que acompaña la circulación y las pequeñas estancias.
